La vida de un hombre que estuvo atrapado en el espacio durante un año dio un último e inesperado giro

La mayoría de los astronautas están de acuerdo en que una vez que dejas la Tierra, nada es igual una vez que regresas. Eres una persona distinta, para bien o para mal. Pero mientras que esta transformación es meramente psicológica para la mayoría de los viajeros espaciales, fue demasiado real para el cosmonauta Sergei Krikalev. Cuando emprendió su viaje, pensó que sabía exactamente cómo se vería la Tierra a su regreso. Pero después de un cambio de poder imprevisto, comenzó a preguntarse si alguna vez podría regresar de forma segura.

Hacia arriba y a mucha distancia

Corría el año 1991 cuando el ingeniero de vuelo Sergei Krikalev, de 33 años, partió hacia la estación espacial Mir desde una base en Kazajistán. A pesar de todo su entrenamiento, Krikalev no tenía forma de prepararse para el giro que estaba a punto de dar su viaje.

Un trabajo serio

En aquel momento, la estación espacial Mir requería de un mantenimiento intenso, por lo que Krikalev, el brillante ingeniero, fue asignado para realizar reparaciones y caminatas espaciales experimentales en la estación. Al comienzo de su viaje, no estaba solo.

Una tripulación internacional

El cosmonauta Anatoly Artsebarski y la primera astronauta británica, Helen Sharman, acompañaron a Kikalev en el viaje. Ambos, sin embargo, terminaron dejando a Kikalev antes de que ocurriera el desastre.

Hasta los mejores planes...

Verás, se suponía que Krikalev solo estaría en el espacio durante 5 meses… una excursión más o menos rápida. Pero después de que una serie de sucesos inesperados asolaran la Tierra, su viaje se volvió... complicado.